Se impone en la ida de la semifinal de Copa al gestionar el mejor partido de su vida.
El Sevilla pegó primero en la semifinal de Copa, y lo hizo contundentemente en un partido en el que supo ser mucho más efectivo que el Barça.
El 2-0 del Pizjuán en el partido de ida se selló con un gol de Rakitic que deja al equipo blaugrana en la lona y pendiente de una nueva remontada. La eficacia de Bono, el imponente Koundé y la puntilla del croata cuando el Barça jugaba en busca del empate acabaron con la racha de un Barça que recibió un castigo muy duro que le devuelve a la dura realidad.
La gran novedad táctica que aportó Koeman en su planteamiento inicial gestionando la indigencia estructural que gestiona fue la presencia de Junior como lateral derecho. El resto del equipo, como pasaba en el Sevilla eran cartas marcadas.
La parte final
A cinco minutos del final, Koeman se decidió a mover el banquillo para jugarse el partido a cara o cruz. Y salió cruz porque al minuto Rakitic aprovechó un resbalón de Umtiti, que además rompía el fuera de juego, para acabar un contragolpe y fusilar a su ex equipo.
Tuvo el Barça la oportunidad de meterse en la eliminatoria con un disparo de falta de Messi en el que Bono se lució exigiendo a los de Koeman que la remontada, esta vez, la ejecuten en un partido de vuelta en el que no pueden repetir los errores que les condenaron en Sevilla.
Sin eficacia delante y con fallos puntuales atrás, el conjunto culé recibió un bofetón que duele más por venir de quien viene. Rakitic dejó al Barça en la lona.