Nueva York está muy cerca de vivir de nuevo unos playoffs por el título tras siete ausencias seguidas.
(Redacción as.com). El Madison Square Garden tiene razones para sonreír de nuevo. Tras muchas temporadas rodeado de penas, de muchos conflictos y un fuerte viento en contra, los New York Knicks están en disposición de disputar los playoffs por el título después de siete ausencias seguidas. Solo una debacle los llevaría a un nuevo año perdido.
Tras ganar a Chicago (113-94), la franquicia de la Gran Manzana es cuarta en la Conferencia Este con un balance de 35-28, dos partidos por encima de la sexta plaza y cuatro y medio de la octava. Es su mayor número de triunfos desde las 37 de la temporada 2013-14. Y están en disposición de acabar con 40 ocho años después. Casi nada.
Un espectáculo
Y todo este show es bajó la batuta de Tom Thibodeau en el banquillo y la de Julius Randle en pista. El all star está increíble este curso: 23,9 puntos (41.8% desde el triple) y 10,4 rebotes de media. Son las máximas de su carrera. Su actuación frente a los Bulls fue maravillosa.
No solo por números, que también con 34 tantos (4/7 de tres) y 7 capturas, sino por su capacidad de liderar cuando los de Illinois trataban de dar la vuelta a un encuentro que se les complicó de inicio.
En escasas ocasiones estuvieron por delante en el marcador (58-59 y 74-75) tras remar mucho. Porque de inicio, los Knicks, golpearon: 16-6 de salida, 32-19 al concluir el primer cuarto. Vucevic (26 puntos) era el guía de los Bulls en estos intentos de asalto al castillo. Sin embargo, a cada acción de Chicago, llegaba una reacción neoyorquina liderada por Randle y Barrett.