La campeona del mundo en 5 000 metros marcha continúa sus entrenamientos en la capital azuaya. Sus padres viven en Cuenca y son su compañía.
IBARRA. María del Carmen Quiñónez y Luis Aníbal Morejón, padres de la marchsita imbabureña Glenda Morejón, decidieron cambiar de clima, ciudad y ambiente. Junto a María Belén, de 13 años de edad, y hermana menor de Glenda, se mudaron a Cuenca con el objetivo de atender las necesidades de su hija. Este sábado 1 de agosto cumplen tres semanas residiendo en la capital azuaya. Glenda Morejón, de 20 años de edad, contó a CORREO SPORT su nueva etapa de vida con sus padres y hermana en medio de la pandemia.
“La verdad me siento más tranquila teniéndoles a ellos aquí conmigo. Ya que siempre han sido los que me motivan y apoyan para seguir adelante especialmente en estos momentos difíciles por el cual estamos pasando todos”, dijo la deportista que se prepara para viajar a Europa el próximo mes.
Una de las cosas con las que batallan y a la que les cuesta acostumbrarse es a las bajas temperaturas de la urbe ‘Morlaca’, pues la marchista asegura que permanentemente llueve acompañado con un intenso frío. Pero eso no les divide, el calor de familia siempre está presente y ahora más que nunca.
La estadía de doña María y don Luis en Cuenca se extenderá hasta Tokio 2021. Es decir que vivirán de cerca el entrenamiento de su hija. Con la llegada de sus padres, la ‘andarina’ debió cambiar de lugar de vivienda.
“La Federación Ecuatoriana de Atletismo me está apoyando con el departamento. Me ahorro el hospedaje, pero de ahí luz, agua, internet y cable corre por cuenta mía”, dice.
La convivencia con sus padres y hermana es estrecha. Todas las mañanas desayunan juntos y luego salen a la misma hora al entrenamiento. Glenda Morejón practica con su grupo en sitios específicos, mientras que doña María, don Luis y la pequeña María Belén también hacen actividad deportiva en zonas recreativas.
Al mediodía se reencuentran en casa para almorzar, pues su madre se convirtió en su chef. Prepara al pie de la letra los alimentos que envía la nutricionista.
Por la tarde cumple con su segundo periodo de entrenamientos. A su retorno sus padres le esperan con la cena. En el tiempo libre la familia Morejón Quiñónez comparte actividades que antes no lo hacían como ver películas, o programas de televisión y hacer ejercicio.
Lo cierto es que con el apoyo moral de sus padres la deportista trata de sobrellevar de la mejor forma la ‘nueva normalidad’ y cumplir con el objetivo que son los Juegos Olímpicos de Tokyo 2021. Ahora espera ir al campamento en Europa que dudará casi dos meses.
Cuidado total en el entrenamiento
Mientras tanto cumple con su planificación en medio de la crisis sanitaria que vive el país a causa de la pandemia del coronavirus. Dice que lo más difícil ha sido la nueva forma de entrenar.
“Mi cuerpo está adaptado a los entrenamientos dirigidos por Andrés Chocho. Lo más complicado es portar el buff en cada entrenamiento y también enfrentar al miedo de contagiars, ya que hay personas que no usan nada mientras hacen deporte y eso le llena a uno de temor”, dice.
La indumentaria de Glenda Morejón aumentó. Ahora lleva mascarilla para antes y después del entrenamiento y el buff durante la práctica. A eso se suma el gel y alcohol para desinfectar todo lo que usa y otra mudada de ropa para después del trabajo. Los sitios abiertos que son sedes de la deportista para su entrenamiento son: asfalto, la pista sintética del estadio Alejandro Serrano Aguilar y la zona de El Cajas.